Para no volver
a pasearme
entre los mortales.
Para no volver
a recuperar
todo lo que alguna vez
he perdido.
Las hojas son sordas
por suerte también mudas
La gracia es que las respuestas
queden bajo cuartel.
Está el hoy y el ayer
el mañana es una conjunción extraña
Eterno tambalear dubitativo
que descansa entre el altar
y las catacumbas.
Por eso escribí
Por eso escribo
Mañana
puede que me cercenen las manos.
Gonzalo Laureano
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