jueves, 30 de junio de 2011
Tarde en la noche
Ella se ha ido
solo dejó cajas vacías y una bala en mi cabeza.
Te busqué desesperado entre los libros
entre mi ropa
entre los vasos
y debajo del sillón.
Intenté hallarte al fondo de una, dos, hasta tres botellas.
Respiré desesperado las sábanas, mis chalecos,
la cortina de la ducha y hasta mis manos
detrás de algún rastro de tu perfume.
Paseé el estetoscopio por todas las baldosas
pensando que tus pasos estarían grabados.
Creí encontrarte en el reflejo de mis ojos,
en el sabor de mi boca,
pero desapareciste sin previo aviso.
Hoy es la primera vez que duermo solo en esta cama.
Monserrat Ovalle Carvajal
*Cambio de género, otra vez lleno de "3era persona" jajajaja.
solo dejó cajas vacías y una bala en mi cabeza.
Te busqué desesperado entre los libros
entre mi ropa
entre los vasos
y debajo del sillón.
Intenté hallarte al fondo de una, dos, hasta tres botellas.
Respiré desesperado las sábanas, mis chalecos,
la cortina de la ducha y hasta mis manos
detrás de algún rastro de tu perfume.
Paseé el estetoscopio por todas las baldosas
pensando que tus pasos estarían grabados.
Creí encontrarte en el reflejo de mis ojos,
en el sabor de mi boca,
pero desapareciste sin previo aviso.
Hoy es la primera vez que duermo solo en esta cama.
Monserrat Ovalle Carvajal
*Cambio de género, otra vez lleno de "3era persona" jajajaja.
Poesía no es
No son letras enredadas
ni caricias cosidas a un papel.
Tampoco un dibujo tieso y sin color
lleno de puntos suspensivos.
Claramente no eres tú,
menos yo
y nunca ellos.
Ojalá fuera la musa de esos cuentos llenos de polvo,
la lluvia que besa el pasto recién cortado
o un latido estornudando en mi boca.
Sin embargo, ella corre
salta entre líneas a las que no pertenece,
se mueve inquieta tras los espejos
que intentan -vanamente- encarcelarla.
Ella no es ni siquiera ella,
no existen artículos para nombrarla.
Sé que ríe,
vuela,
llora,
grita,
gime,
en cualquier bar de la plaza.
Monserrat Ovalle Carvajal
ni caricias cosidas a un papel.
Tampoco un dibujo tieso y sin color
lleno de puntos suspensivos.
Claramente no eres tú,
menos yo
y nunca ellos.
Ojalá fuera la musa de esos cuentos llenos de polvo,
la lluvia que besa el pasto recién cortado
o un latido estornudando en mi boca.
Sin embargo, ella corre
salta entre líneas a las que no pertenece,
se mueve inquieta tras los espejos
que intentan -vanamente- encarcelarla.
Ella no es ni siquiera ella,
no existen artículos para nombrarla.
Sé que ríe,
vuela,
llora,
grita,
gime,
en cualquier bar de la plaza.
Monserrat Ovalle Carvajal
miércoles, 29 de junio de 2011
Ese día
Cuando cerraron la puerta nos quedamos solos en la pieza. Nos acostamos en la cama de dos plazas, ella en la parte derecha y yo en la izquierda. Como esos matrimonios en los que se acabó el amor (o la calentura).
Fingí acomodarme para avanzar lentamente hacia el centro del colchón. Noté que ella hacía lo mismo, también con mucha sutileza. Quedamos a unos cuantos centímetros de distancia, frente a frente, pero con los ojos cerrados.
De vez en cuando nos rozábamos los pies, de vez en cuando nos rozábamos las manos.
Yo trataba de mantener el contacto de manera natural, sin que ella notara que mi pie quería estar al lado de su pie, que mi mano quería estar al lado de su mano.
Por favor, mueve esos dedos, dime que no están ahí junto a los míos por pura casualidad.
Pero ella no movió nada. Solo se quedó frente a mí, con esos rulos tapándole la mitad de la cara, con ese cuerpo diminuto… Y yo la miré dormirse, oculto entre las sábanas, porque no quería que se diera cuenta que yo la espiaba, que no podía conciliar el sueño si estábamos tan cerca.
Me quedé dormido pensando en mi cobardía. Y al otro día fui el primero en despertar. Miré el reloj para ver cuánto tiempo me quedaba en esa cama junto a ella. La miré para ver si todavía dormía.
Quizás, si me acerco ahora…
No.
Loreto Montero
(Este fue el resultado de mi intento de cambio de género con la temática de la "primera vez")
mirar al otro
pasé del baile eufórico al llanto descontrolado. de escuchar a la nina simone a escuchar paranoid android. y me dan ganas de decirle a todos: compañeros, queridos compañeros, ¿para qué tanta bulla si al final todos vamos a morir?
¿no te dan ganas de ser más feliz?, ¿no te dan ganas de ser más generoso? no tiene sentido venir al mundo para esclavizar al otro, loco. no tiene sentido.
y sigo llorando sobre mi cama hasta que me sale sangre de narices. y ya no soy un rostro humano, soy piel ensangrentada. y así, con la cara manchada te digo: lo mío no es verbalizar imágenes abstractas, ni hablar desde la neutralidad. no puedo hablar sino desde mis propios límites. aunque me niegue, aunque finja ser la voz de los demás, este es mi lugar. comiendo papas fritas por inercia devoro las sobras de la fiesta.
porque me he visto celebrando a otros por complacencia. me he visto mordiendo a otros por soledad. pero no creo en el apego, ¡no quiero creer! existo a través de mis circunstancias. ni siquiera ellas me componen.
soy el intento por modelar la vida en una cantidad limitada de palabras. algunas suenan bien, otras se pasan a caca.
te compro la honestidad cuando es honesta. te compro la humildad cuando es humilde. escupo en tu letra cuando es soberbia.
estoy aquí sin saber por qué. moriré esperando una leve certeza: aquí está la poesía.
Loreto Montero
Patología Funcional
Maldita. Maldita. Maldita. ¿Qué tengo que hacer para que me dejes en paz?, dime, ¿qué tengo que hacer?. Es macabro lo que me haces, lo que me hago. Es macabro. Crearme esta obsesión de nuevo, esta no-correspondencia, este deseo aislado. Dime de dónde sacaste este afán, esta fijación tuya por los príncipes negros, verdes, amarillos. Y esa utopía amorosa que reniegas constantemente porque te da asco… ¡Te mueres de asco! y sin embargo, la sientes tanto que no puedes dejarla ir… Y ahí está ese beso transitorio transformándose en platonismo; y por acá un par de horas que se transforman en nostalgia. Nostalgia de nada, absolutamente absurda. Mi patología funcional es invertir horas y horas de sinapsis en la más inútil de las tareas: recordar sabiéndome olvidada. La demencia sutil ocultada por apariencias de niña bien. Porque en mi cabeza tengo una imagen que no es de nadie, pero es tuya. Tengo una imagen que no es de nadie, pero eres tú. Por eso escribo.
Loreto Montero
martes, 21 de junio de 2011
Cartografía
“La realidad no ha sido demasiado cortés con nosotros.
Por eso no estamos obligados a las buenas maneras”
Armando Roa.
Como el niño-mutante mordiendo las flores
Queriendo comerse la vida,
Quedando solo con el brillo del polen y su saliva viciosa,
es la resina, pulpa harinosa la que se carga.
Levantamos los tendones y los nervios
Víctima o victimario
Solo sabré ser depredador
A d v e r t e n c i a
Ante las condiciones presentes
Felices las estériles, felices los senos que
No concibieron, los pechos que no amamantaron.
Somos el engaño que tuerce la mano amo
Haciendo aparecer nuestros muertos y sus sonidos
Anclándonos a la imagen
Soy lo sin nombre en fermento
Colándose entre las rendijas
Los colores de las publicidades se cuelan bajo las puertas,
Entre las ventanas,
Son el color tapiz del hogar, fondo sin tregua.
Fuimos alimentados con mariposas y hoy generamos las mejores sombras
Poesía es nuestro residuo, el animal fugado de la casería
Aparecida como vocal que hace gritar a la letra sumisa
Cimarrones dactilografiando la obstrucción
Sonoro-visual-escrita
Notedigonadaescucha
Notedigonada
Nodigoescucha
Escuchanadaescucha
Di
Go
Na
Da
Fracciones.
De un momento a otro todo queda abierto a remate
El dedo en el gatillo dinamitó la imagen
Nos contrajo al despertar.
Aun se pueden escuchar susurros
Alguna vez fueron gritos,
Profundos como las grietas del cuesco
La pérdida también nos pertenece
El temblor quedó en nuestros cuerpos
Como la última y originaria huella,
Notaciones circenses soterrando la infancia,
Variaciones de luces anunciando la fuga de la forma,
Creyendo en lo cerrado para poder asir alguna cosa
En el lugar sin coordenadas
Nombro para tenerte aunque sea en ausencia
Diestro en el reverso
Como un mal tejido
Retozando pedazos desechados
Donde importan los nudos,
Escribimos a sabiendas del error
La vestidura última, mortaja cuando todo escurre
Por eso escribí, con el cansancio de los músculos
Con sed de perra joven,
Con un cuerpo y dos alientos
Escribí. Sebastián Díaz.
martes, 7 de junio de 2011
Palabras al cierre
Se ubicaron y formaron la hilera de la muerte. Rostros parcos, carabinas en ristre y las nerviosas yemas de sus índices acariciando el gatillo. El oficial cumplió con su rito macabro, se acercó y preguntó: ¿Cuáles son tus últimas palabras? Yo di un paso adelante y transformé ese paredón en púlpito: “Ha llegado la hora. Créanme, si llegué a esta encrucijada vital, fue simplemente porque rechacé el poder de las armas, la imposición de un credo reverberante y la política de baja categoría, esa que estafa al ciudadano de a pie. Preparen la metralla, disparen con decisión, no seré yo el hombre que lidere las masas a su redención. Después de todo, nunca tuve pretensiones mesiánicas. Fui un hombre que escribió de aquello que me producía nauseas o que me hinchaba los ojos de lágrimas hasta que la primera luz matinal recorría, tímidamente, mi piel insomne. Disparen la metralla aquí, directo en la entrepierna. Porque es aquí donde junté angustia, rebelión y rabia. Y es precisamente esa rabia por la que escribí...escribo.
Ricardo Laguna De La Maza
Ricardo Laguna De La Maza
sábado, 4 de junio de 2011
Escribo
con el alma perdida
pero escribo
con las nubes mojadas
la cabeza rota
donde cuelgan mis recuerdos
bañados mis recuerdos
con sabor a miel y sangre
Vanos, muertos e inherentes
de futuros pálidos
tan perdidos como la muerte
tan muertos como la palidez
del verano aquel
donde en un solo suspiro
he muerto y he vuelto a nacer
Por eso escribo
para borrarte de mis venas
y desintegrarte
de mi oscura nostalgia
que lleva sus alas rotas
en el hondo silencio
donde aún rebotan tus palabras
y mis sentimientos
Escribo
solo eso:
Yo tal vez, escribo.
Magda
con el alma perdida
pero escribo
con las nubes mojadas
la cabeza rota
donde cuelgan mis recuerdos
bañados mis recuerdos
con sabor a miel y sangre
Vanos, muertos e inherentes
de futuros pálidos
tan perdidos como la muerte
tan muertos como la palidez
del verano aquel
donde en un solo suspiro
he muerto y he vuelto a nacer
Por eso escribo
para borrarte de mis venas
y desintegrarte
de mi oscura nostalgia
que lleva sus alas rotas
en el hondo silencio
donde aún rebotan tus palabras
y mis sentimientos
Escribo
solo eso:
Yo tal vez, escribo.
Magda
viernes, 3 de junio de 2011
"Por eso escribo".
Escribo porque tengo muchas cosas por decir,
porque en algún punto de mi historia
me ataron las manos por la ignorancia del ser humano,
me negaron el derecho de aprender lo que tanto amaba,
y en esas solitaria niñez renegada por una sociedad inhumana
me encontré con un borrador amarillento de pobreza,
un lápiz, un borrador,
que tesoro mas grande para quien les habla...
Quería conquistar el lenguaje y acariciar la palabra
juntado las letras hasta sentirlas en el alma,
me fui enamorando de ellas,
esas,
las palabras que son las más puras que embellecen el mundo,
y alzando la voz fui susurrando en silencio, cuando me callaban
plasmando en el papel deje salir lo más profundo sentimientos,
sin miedo me hice la amante de las letras,
eche a volar la imaginación,
pudiendo soñar,anhelar construir,
seducir, delirar,
conquistar y sobre todo amar ...
ese deseo mío de no querer estar sola
de salir de mi abismo sin jamas a ver tenido un libro
pero que se despertó con optimismo,
y contarles por que yo escribo y
descubrir si tiene sentido que me hayan puesto camisa de fuerza,
si la imaginación y mis pensamientos estuvieron siempre alertas.
Por eso escribo. Con sentido o sin sentido, original o no, escribo.
Rossy.
jueves, 2 de junio de 2011
Sin título definido
Una hoja de cuaderno en blanco
salpicada de gotitas saladas,
un lápiz mina reducido por el sacapuntas
y mordido por la ansiedad.
El estómago lleno de palabras indecibles,
la garganta anudada en un lindo lazo,
un gato en sueños sobre la cama.
Silencios ruidosos
hablando con miedo.
Por eso -y algo más- escribí.
Monserrat Ovalle
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